Se desvanece
"Debería buscar una verdad más amplia, algo asible que flotara en la tormenta, pero sólo entiendo tu lenguaje, tu me enseñaste a pronunciarnos al oído, dentro, y ahora alejarme sería quedar a la deriva. Me acostumbré con demasiada facilidad a tu capacidad de enamorar, lluvia y tardes en la facultad, distancias recorridas con sólo cerrar los ojos y respirar tu mismo aire. Compartiendo de puntillas un instante en la alameda, medianoche y la gente que estaba sin estar. Despertarme y zambullirme de cabeza en tu pelo. Ahora todo eso me parece borroso, casi como un recuerdo de niñez, algo vivido en tercera persona. Y sabes bien, porque tú lo sabes todo, y lo que no sabes lo intuyes, que soy incapaz de visualizarlo, que borré los momentos más dolorosos pensando que con eso bastaba, pero cuando terminé me di cuenta de que hacen más daño los pequeños gestos, esos momentos aparentemente sin importancia. Como aquella vez en la casa más grande de Santiago, enorme, cuando te giraste de repente, fuiste decidida hacia mi y besaste estos labios que ahora no son capaces de pronunciar ni una sola palabra, y yo me sentí tan diminuto y necesario como una tirita, deseaba que esos brazos no me soltaran nunca. Por eso pienso que la salida más fácil suele ser la de emergencia, dos pasos y ya estás fuera, el problema es que no sé interpretar las señales. Contigo se fueron también el viento y la marea, y no encuentro la llave. Me enseñaste a olvidar todo lo que había aprendido, y ahora no consigo olvidar lo que aprendí de ti."
